1985 -MADRID
EDITORIAL DE LA REVISTA «LEYENDO A
FREUD» N.º 1-2
Entre
el número cero y este número uno-dos, hemos viajado.
Aviones
perfectos como mariposas locas del verano en su fin. Mujeres virtuosas y
seductoras a la vez. Países cercanos y lejanos, porque en eso de la distancia manda el corazón o alguna otra víscera que lo recuerde en parte.
Recepciones
en grandes salones para
la poesía. Grandes palabras de grandes
hombres y mujeres hablando bien del número cero.
Algunas
muertes inesperadas. Ocupaciones, cercos, pequeñas libertades
y América, y la piel de América y el canto americano y, después, casi con tranquilidad hemos vuelto
a Madrid, pero ya no estamos en Madrid.
Entre éste y el Otro, hemos fundado la PRIMERA INTERNACIONAL DE POESÍA Y
PSICOANÁLISIS.
En el Poder de fundar, hemos sabido que lo exiliado queda, también,
exiliado del hombre. Lo exiliado, por lo tanto, no se puede besar.
Así, nena, que vos, me besaste a mí.
Besaste una carne creyendo que besabas un fantasma.
Tu vida, me imagino, habrá quedado comprometida en movimientos, más
allá de tus pequeños deseos sexuales infantiles.
Besaste en una carne la historia de otros cuerpos.
Creyendo que besabas un fantasma, besaste la telaraña de un poema.
En tu delirio, tocaste la cuerda de algún canto.
El horror, el verdadero horror, permanecer escondida en mis versos.
Ser caliente metáfora de metáforas,
Una parábola que más que indicar un camino lo subvierta.
Y soy americano y soy de América. Mi voz es una voz americana.
Mis lujurias, mis locas ambiciones de volar, son americanas.
Y Madrid, mi querida, mis pequeños huérfanos parisinos,
no es Europa, ni lo será en mil años.
MADRID
ES TROZO CENTRAL DEL GRAN DIAMANTE AMERICANO
La
lengua que genera un don que la supera.
La
increíble madre que se quedó sin dueño
y
se deja llevar tranquilamente por sus hijos.
El
tiempo no es el ser,
pero
el ser no puede ser fuera del tiempo.
Y tiempo es una lengua, una escritura.
Una
pequeña verdad queriendo ser la expresión de una polémica contemporánea y
futura.
Si
lo real verdaderamente psíquico es lo inconsciente, la verdad es el sesgo donde
se constata dicha imposibilidad. Y su demostración habrá sido patente en cada
signo de puntuación de cualquier escritura.
El
método de interpretación psicoanalítico, al darnos las características del
objeto que lo produce, nos dice: Algo que no está en ningún lugar como tal eso,
sino entredicho. Entre palabras. Entre nervios. Entre personas.
En
esa inexistencia todo es imposible. Desde un vacío a una plenitud. En esa invisibilidad cualquier movimiento es silencioso.
En
semejante silencio cualquier palabra (aún una palabra tonta) produce una
interrupción. Un punto, una desilusión.
El
saber suponía saber y ese fracaso, esa sombra rota, es verdad.
Un
timbre abierto a la ignorancia,
un
sentido, entre sujetos del inconsciente, lanzado hacia la nada,
hacia
lo que no se podrá, hacia lo que no estuvo.
No
es una pieza clave lo que se busca, la pieza que se busca no existe,
principalmente, porque todavía no fue.
La
causa en psicoanálisis viene del futuro.
Es
decir que la transferencia no es sólo (si acaso lo fuera) la repetición ciega
de estructuras pasadas, sino que la transferencia es, sobre todo, el desarrollo de su futura dilución.
Allí
donde Ello estuvo (la Muerte) yo he de advenir.
Allí
donde yo he de advenir estuvo, desde siempre, esperándome la Muerte.
Y,
sin hacer valer las muertes a nuestro favor, queremos mencionar que en varias
ciudades, entre ellas Barcelona, Buenos Aires, Tucumán y París, ya hubo varios
muertos tratando de alcanzar la poesía sin conseguirlo, se estrellaron,
creemos contra un muro, propio, de lamentos.
Queremos
que este número rinda homenaje a tanta pasión inútil, diciendo para que dé
comienzo.
QUERIDA
MUERTE, A TU PESAR, A MI PESAR, LA VIDA CONTINUA.
|