Poesía y Psicoanálisis (1971-1991) Miguel Oscar Menassa -1995

 

1980 -MADRID

LA «COSA NOSTRA» N.º 1

EDITORIAL

LA COSA NOSTRA pretende ser órgano de difusión de lo que con ella nace: Individuo Cero, como aquello que se podría llegar a ser después de haber atravesado con precisiones instrumentales una experiencia grupal. Yo es cero, o bien en su nueva concepción de individuo cero, es el punto más alto de una transformación, no lo último, pero sí, todo lo que se pudo hasta hoy.
      Nadie obliga a nadie ser individuo cero, y nadie permite a nadie serlo. Ser individuo cero, es un proceso de ruptura y acontece en soledad, no sin compañía, sino que ocurre en el propio sujeto psíquico que lo pretende.
      Y pensamos, no tan humildemente como parece, que de la misma manera como sin el Capital de Marx, no hubiesen existido las luchas de clase tal cual existen, para ser individuo cero se hace imprescindible la presencia del psicoanálisis y si se nos permite una repetición, psicoanálisis cero.
      LA COSA NOSTRA, no tiene porqué explicarle nada a nadie, porque de lo que se trata no es una comprensión. LA COSA NOSTRA, no tendrá que negociar, porque no se vende. El dinero para un individuo cero es un objeto; de estudio y un objeto de estudio, todos sabemos, no se puede poseer.
      El realismo cero, no es tal realismo, porque su nivel de objetividad es la escritura, que sabemos que tiene como función desrealizar. Y si el realismo ha sido superado, ha sido superada, junto con él, la avaricia que lo condiciona. El afán de poseer ha sido
transmutado por la pasión de transformar, la verdad por lo tanto para el individuo cero no existe sino, como materia prima. Y su hallazgo sólo determina que podemos comenzar a trabajar en su transformación. El individuo cero comienza a preparar LA COSA NOSTRA, en su casa solo. Con una máquina de escribir y papeles blancos que siempre hay en la casa de los escritores, hasta ahora sin dinero.


APERTURA 

I

Sin un trabajo productivo sobre la obra producida, el arte se parecería al sexo. La labor con la poesía alterna entre la creación y el trabajo de oficina. 
      Entre lo que tengamos que tirar al cesto de papeles y morir en eso, hasta lo que tengamos que publicar aunque en eso se nos vaya la vida. Descansar no está permitido en ningún momento, ni aún cuando ella consigue, por fin, reinar sobre nosotros.
      Todo es un nervio permanente y el que no soporta esa fuerza desestabilizadora dentro de él, no puede la poesía.
      El poeta a la inversa de un líder, debe realizar todas las tareas que se propone, no debe delegar en nadie sus funciones. Nadie podrá como él. En todo dejará su marca. No sólo las calles se llamarán con su nombre. Sino que, también, la propia poesía se llamará con su nombre. No sólo tiene que escribir como nadie lo ha hecho, sino que tiene que hacer el amor como nadie lo ha hecho. No sólo cantará a la vida; tendrá que hacerse una vida y cantar a la muerte. Y todavía acariciar a los niños pequeños y mirar agradecido sus crecimientos.
      Basta de religión, basta de dioses, quiere decir que la poesía requiere la  integridad de un hombre sin mirada.
      Basta de vinos, basta de locuras, ella desea una precisión mortal.
      Un punto aquí querrá decir que el mundo se detenga.
      Que el mundo quede suspendido en la ilusión de sentido que genera la interrupción y después, ansío volver a caer entre tus brazos.

II

La poesía no necesita ni muchos, ni pocos lectores, ella se conforma con una hoja en blanco. Y si la hoja en blanco es la propia vida del poeta, mejor.

III

Cuando un poeta se mataba decía: mariquitas lo han hecho. En este próximo paso que daré, que no será morir, ni nada parecido, mariquitas no podrán.

 

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