11 de febrero de 1977,
Madrid
siete días sin escribirte y fue a causa
del dolor.
Perdí todos los días, todos los
planetas.
Me despojé del último recuerdo,
sólo tu cuerpo florecido entre mis dientes,
sólo tu cuerpo de paloma mensajera
despedazado por la verdad,
por las matemáticas del desorden.
El dolor me hizo bien,
también es un entretenimiento,
un lujo del amor,
una muralla más.
Volemos sus cimientos.
Inventemos la nada, el hombre necesita espacio.
No hay que temer,
la locura,
está con nosotros.
Hueco final,
horda de los amantes.
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