CONCLUSIONES DEL 88
II
Conclusiones del 88 II (1/3)
Buenas tardes, han podido elaborar alguna pregunta entre todos.
P. ¿Qué papel tiene el narcisismo dentro de la melancolía? Parece que es definitivo.
P. ¿Qué papel puede jugar el silencio dentro de la melancolía?
R. El silencio les puede volver melancólicos, dice usted ¿el silencio de quién?
P. ¿El melancólico hablando puede salir de la melancolía?
R. Hablando no. Pero con seis sesiones semanales de psicoanálisis y un buen psicoanalista... Hablando no.
P. ¿Qué pasa en el sueño del melancólico con respecto a la representación del objeto perdido?
R. ¿Por qué has hecho la pregunta? Se representa de todas las formas posibles que es posible el lenguaje de articular. El sueño es el sueño manifiesto, es decir, todas las preguntas están evitando el
psicoanálisis, dirigidas a ver si el psicoanálisis se puede comprender sin psicoanalizarse, si la melancolía se puede curar hablando, si la histeria se puede curar follando. Muchos de ustedes tienen esa idea porque los veo practicar y practicar sin conseguir reducir los síntomas, porque eso no va, eso es la vida. La histeria se cura psicoanalizándose, la melancolía se cura psicoanalizándose y el contenido manifiesto de los sueños se sabe cuál es el deseo inconsciente que contiene esa manifestación, sometiendo el sueño al proceso psicoanalítico, porque no hay nada en los síntomas de deseo, sino aquello que pone la interpretación, no hay nada en el sueño de deseo sino aquello que en el sueño y en el síntoma pone la interpretación. Ustedes se hacen la pregunta metodológica que Freud se hace en “Mas allá del Principio del Placer”, cómo hacer consciente lo inconsciente.
La única posibilidad de hacer consciente lo inconsciente es la interpretación psicoanalítica, que es el mismo deseo, por eso yo les expliqué en algunas ocasiones que la interpretación no es ninguna
metáfora en tanto la interpretación al ser deseo es como el deseo, pura metonimia, es decir, puro desplazamiento, pura errancia.
P. ¿Entonces en la melancolía el deseo está desplazado dentro del propio yo?
R. Ahí Freud plantea un problema interesantísimo, al plantear que en la melancolía hay una elección narcisista de objeto, pero esto plantea un problema porque ¿cuál es una elección no narcisista de objeto?
Freud dice, en la melancolía el problema es que como hay una carga de elección de objeto narcisista, entonces cuando el sujeto tiene que regresar por pérdida de la realidad, regresa al lugar donde consiguió la relación, lo que pasa es que no hay relaciones de objeto que no tengan una base narcisística; se ama a la mujer que nos nutre, se ama al hombre que nos protege, se ama a lo que he sido, se ama lo que soy, se ama lo que seré, se ama lo que quisiera llegar a ser ¿qué elección de objeto no es narcisista?
Llamamos a la melancolía una Psicosis y yo creo que tendríamos que tener cierto estilo para no confundirnos, porque si nosotros venimos entendiendo algo de la Psicosis, entonces viendo que en las Psicosis interviene la Verwerfung, es decir, la forclusión, el rechazo primordial, ese rechazo primordial hace que lo que no alcance el lugar del símbolo, aparezca en lo real, entonces se puede pensar en una interferencia entre lo real y lo simbólico, de unas características y eso es la alucinación; la alucinación es una interferencia entre lo real y lo simbólico que padece el sujeto, el acting-out al cual ustedes están tan acostumbrados, es exactamente igual, una interferencia entre lo real y lo simbólico pero que el sujeto no padece, sino que actúa. Es decir, lo que comúnmente en la escuela analítica del 30, llamaban Psicópatas.
En la melancolía no se ve tan clara esta interferencia entre lo real y lo simbólico. No está claro por otra parte que lo que esté forcluido sea el nombre del Padre, es decir, no es fácil demostrar que en la melancolía no hay constitución de la metáfora paterna, y además el hecho de que la melancolía regrese a una fase narcisística de aprehensión del objeto, no da cabida a pensar que eso sea la causa de la Psicosis melancólica o de que eso sea una Psicosis en tanto no hay relación de objeto sin base narcisística.
El otro elemento sería pensar que la diferencia entre el duelo y la melancolía es debido a que en la melancolía se juntan, se fusionan o acontecen simultáneamente después de una división de la libido, donde una parte de la libido regresaría a la elección de objeto narcisista mediante el proceso de la identificación y en otro sentido, la misma libido, se detendría en lo que Freud llama la fase anal sádica.
Esta mezcla de instintos o esta división de la libido en su retroceso, donde al retroceder, en la regresión podríamos decir, hay una detención en la fase anal sádica, luego una energía restante que hace el proceso de identificación. Sin esta puntuación de la libido en la fase anal sádica es absolutamente imposible pensar la tendencia al suicidio del melancólico. Pero nosotros sabemos también que la tendencia anal sádica en una persona que no padezca en el mismo momento la pérdida de parte del Yo por identificación, no produce exactamente tendencia al suicidio. Por lo menos para Freud es sencillo, a mí mi mamá una vez me dijo, nene, no te hagas más la paja, bueno yo hice un caso relativo, claro, porque si nunca más me hubiera hecho la paja, no hubiese podido llegar a una sexualidad adulta jamás. Con los textos modernos tiene que pasar la mismo, Es decir, es evidente que Lacan critica la fase de la sexualidad, en el sentido de que quisieron hacer una lectura esquemática de lo que era la realidad psíquica, pero si ustedes lo leen bien a Lacan, más allá de las discusiones que tiene con dos mujeres, Anna Freud y Marie Bonaparte, van a ver que él no pierde la condición de la pulsión oral, todo lo contrario, la pulsión oral cuyo objeto primordial es el pecho, igual que para Freud era la pulsión anal. Después dice que no hay progreso de la dialéctica sexual oral a la dialéctica sexual anal; no hay progreso. No es que el objeto va progresando de la oral a la anal, pero esto también lo dijo Freud. A Freud jamás se le ocurrió decir que había un progreso, yo no lo leí nunca en ningún libro de Freud, pero evidentemente estas chicas que se peleaban con Lacan deben de haber leído así, pero entonces no es Freud eran las chicas con las cuales Lacan se peleaba.
En la pulsión anal el objeto es la caca, la materia fecal; después ustedes saben que la fase fálica en Freud, cuando él dice fase anal, fase oral y fase fálica; la fase fálica es una fase teórica, que si bien la pulsión oral está relacionada a la boca y la pulsión anal está relacionada al culo, la pulsión fálica no está relacionada a ningún objeto real, pero en Freud, no en Lacan. En Freud el objeto falta, no hay objeto en la fase fálica y es igual para el hombre que para la mujer. Entonces el sujeto psíquico tiene vicisitudes psíquicas, pulsiones orales, pulsiones anales y fálicas, y eso es el sujeto psíquico. Le podemos agregar según Lacan, que si leemos bien a Freud y los desarrollos posteriores de Melanie Klein, vemos cómo en el estudio de la envidia estos personajes pueden hablar de una pulsión escópica, y la otra pulsión, para ya completar el cuadro de Lacan, que sería la pulsión invocante. Cualquiera que haya leído bien a Freud se acuerda que escribe acerca de la primer paciente y Freud habla sobre “talking cure”, es decir, de “la cura por la palabra”; así es que todo el desarrollo de la obra freudiana se realiza sobre lo que se llamaría la pulsión invocante, que tendría que ver con la demanda amorosa y con un orificio, el oído que no se cierra nunca. Pero evidentemente la pulsión invocante antes de la palabra, es imposible.
En esta relación con el pecho, objeto primordial pecho, es donde siempre se supuso la regresión narcisista en la esquizofrenia y en la melancolía, no es difícil entender por qué Lacan después dice que las Psicosis que puede estudiar el psicoanálisis es la paranoia, porque la paranoia para Freud y los postfreudianos, al igual que la neurosis obsesiva, se daba en la pulsión anal, y la pulsión anal a diferencia de la oral, reconoce otro, es decir, ya hay intercambio, como mínimo el otro de la alienación, el otro de la imagen y que aquí va haber disgregación y por lo tanto no se van a poder leer estructuraciones. No es descabellado pensar que la melancolía no tiene que ver con la succión, sino con la masticación del objeto, y no es descabellado pensar que la ambivalencia primordial que encontramos en todas las melancolías tenga que ver con que con la incorporación del objeto, lo destruyo.
La genitalidad, la cuarta fase de Freud, fase genital, para el sujeto psíquico que tiene pulsiones orales, anales y fálicas, las relaciones sexuales no existen, pero para la fase genital, que no es el sujeto psíquico, que es el sujeto de la especie, las relaciones sexuales existen porque son la marca de sujeto viviente para la reproducción y el cuidado de la especie. Por lo tanto en la fase genital cualquiera se puede follar a cualquiera, como las vacas con los toros y los caballos con las yeguas; pero esto es la especie. Relación genital que sería perfecta según la especie, como lo es el órgano genital femenino, no sé si ustedes alguna vez vieron alguno, es un órgano perfecto, si fuera el órgano de la especie, pero como antes de que la vagina sea el órgano de la especie tiene que atravesar la pulsión escópica, la pulsión oral, la pulsión anal y la pulsión fálica y la pulsión invocante, todos los desencuentros que tendrían que ser perfectos en la fase genital nos van a mostrar cómo es de psíquico el sujeto y de dónde es psíquico el sujeto; ni de la pulsión escópica, ni de la pulsión anal, ni de la pulsión fálica, sino de dónde es psíquico el sujeto.
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