Poesía y Psicoanálisis (1971-1991) Miguel Oscar Menassa -1995

 

1974- BUENOS AIRES

EDITORIAL REVISTA «GRUPO CERO» N.º 1

 

                                                                      Todo aquello que perturbe mis sentidos,
                                                                             perturbará mi mente

                                                                         (Dicho popular árabe)

Si la cultura dice que no a nuestros actos vitales, si la contracultura nos acusa, estamos frente a un fenómeno especial:
    En las paredes sí, pero con buena letra.
    Entre la sabiduría y la ciencia hemos elegido la sabiduría, único territorio donde se agolpan, tanto los problemas como las soluciones del vivir. Entre la certidumbre de otras ciencias y la incertidumbre de la ciencia psicoanalítica siempre amenazada, hemos elegido la incertidumbre de saber: El hombre vive desgarrado en su ser; pero nunca sabremos ni las dimensiones ni la geografía donde anida dicho desgarro. Por eso, preferimos que nuestra palabra esté más cerca de la sangre que de las palabras.
    Palabras que son siempre las mismas. Que se abran como un sol dentro de la cabeza de los hombres, depende del coraje que tengamos para unirlas unas a otras, despiadadamente, sin pudor. Es entonces cuando aparece el nuevo sentido. Lo poético.
    Tendremos que saltar mil veces hacia el vacío, hasta darnos cuenta que en el vacío no nos espera nadie. Es hora, podemos comenzar a hablar.
    La inmoralidad de mis contemporáneos se diferencia de la moral de mis padres, en que la inmoralidad es una moral más moderna, pero otra vez lo que se pierde es el hombre.
    Vi que el universo se aquietaba cuando yo miraba el universo, he visto agitarse a los más poderosos por la cercanía de mi cuerpo. Todo era mentira, todo estaba preparado antes de que yo llegara.
    Estoy embelesado, pero todavía sin comprender.
    No se trata de ennoblecerse. Se trata de sobrevivir a cualquier precio. Las ideas vigorosas no bastan.
    Si busco algo, no busco una poesía que le llene a la gente la cabeza de música, estoy a la búsqueda de una verdadera poesía, que les devuelva a mis hermanos la dimensión del odio y del amor.
    Todo me asusta y lo que no me asusta tampoco me interesa.
    En poesía, como en psicoanálisis, no poder soportar la incertidumbre es un buen motivo para cambiar de profesión.
    Intentar lo poético es siempre una idea absurda y descabellada, lograrlo es siempre algo más que una casualidad.
    Volver a los valores de la adolescencia, ese es el camino. Todo estaba prohibido, todo era misterioso.
    La imaginación no tendrá límites, nada podrá detener el impulso creador. Que no venga ninguno. Basta de planes, el advenimiento de un poema tendrá que sorprendernos a todos.
    La práctica poética exige de la sexualidad otros caminos que los de la represión. Frente al acto poético, el principio de la realidad pierde vigencia.
    Y si nuestros hijos todavía nos aman por nuestro amor y nuestros enemigos todavía nos odian por nuestro odio, todo está en orden, la vida continúa.
    Esto de escribir para que algún otro ame lo que yo amo, me conmueve.
    Escribir poesía es como tener hijos. Más cuidado normalmente se tiene con los hijos. Pienso que un mal poema debería traer los mismos trastornos que un hijo idiota.
    La diferencia entre el héroe y el poeta, una sola: lo que en el héroe supone un campo de batalla al aire libre, en el poeta supone un viaje a lo profundo del alma y de ninguna manera la batalla es menos intensa: los riesgos siguen siendo la muerte y la locura.
    Cuando termine la guerra igual seguiremos amenazados. Hoy puede ser la última oportunidad.
    Y es aquí donde nuestras ambiciones se interponen.
    Es necesario, dicen, darse cuenta de todo para comenzar todo de nuevo. Sabiendo que todo es ese lugar donde reina una ausencia.
    Mi ser, mi propio corazón, no dicen: mi ser, mi propio corazón.
    Amar desesperadamente es insuficiente, pero de cualquier manera averigüemos rápidamente quién nos ama. Y cuando alguien me pregunte por qué estoy llorando, responderé que lloro por mis hermanos muertos, que sufro por el hombre.

 

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