1974-
BUENOS AIRES
EDITORIAL
REVISTA «GRUPO CERO» N.º 1
Todo aquello que perturbe mis sentidos,
perturbará mi mente
(Dicho popular árabe)
Si
la cultura dice que no a nuestros actos vitales, si la contracultura nos
acusa, estamos frente a un fenómeno especial:
En las paredes sí, pero con buena letra.
Entre la sabiduría y la ciencia hemos elegido la
sabiduría, único territorio donde se agolpan, tanto los problemas como
las soluciones del vivir. Entre la certidumbre de otras ciencias y la
incertidumbre de la ciencia psicoanalítica siempre amenazada, hemos
elegido la incertidumbre de saber: El hombre vive desgarrado en su ser;
pero nunca sabremos ni las dimensiones ni la geografía donde anida dicho
desgarro. Por eso, preferimos que nuestra palabra esté más cerca de la
sangre que de las palabras.
Palabras que son siempre las mismas. Que se abran
como un sol dentro de la cabeza de los hombres, depende del coraje que
tengamos para unirlas unas a otras, despiadadamente, sin pudor. Es
entonces cuando aparece el nuevo sentido. Lo poético.
Tendremos que saltar mil veces hacia el vacío,
hasta darnos cuenta que en el vacío no nos espera nadie. Es hora, podemos
comenzar a hablar.
La inmoralidad de mis contemporáneos se
diferencia de la moral de mis padres, en que la inmoralidad es una moral más
moderna, pero otra vez lo que se pierde es el hombre.
Vi que el universo se aquietaba cuando yo miraba
el universo, he visto agitarse a los más poderosos por la cercanía de mi
cuerpo. Todo era mentira, todo estaba preparado antes de que yo llegara.
Estoy embelesado, pero todavía sin comprender.
No se trata de ennoblecerse. Se trata de
sobrevivir a cualquier precio. Las ideas vigorosas no bastan.
Si busco algo, no busco una poesía que le llene a
la gente la cabeza de música, estoy a la búsqueda de una verdadera poesía,
que les devuelva a mis hermanos la dimensión del odio y del amor.
Todo me asusta y lo que no me asusta tampoco me
interesa.
En poesía, como en psicoanálisis, no poder
soportar la incertidumbre es un buen motivo para cambiar de profesión.
Intentar lo poético es siempre una idea absurda y
descabellada, lograrlo es siempre algo más que una casualidad.
Volver a los valores de la adolescencia, ese es el
camino. Todo estaba prohibido, todo era misterioso.
La imaginación no tendrá límites, nada podrá
detener el impulso creador. Que no venga ninguno. Basta de planes, el
advenimiento de un poema tendrá que sorprendernos a todos.
La práctica poética exige de la sexualidad otros
caminos que los de la represión. Frente al acto poético, el principio de
la realidad pierde vigencia.
Y si nuestros hijos todavía nos aman por nuestro
amor y nuestros enemigos todavía nos odian por nuestro odio, todo está
en orden, la vida continúa.
Esto de escribir para que algún otro ame lo que
yo amo, me conmueve.
Escribir poesía es como tener hijos. Más cuidado
normalmente se tiene con los hijos. Pienso que un mal poema debería traer
los mismos trastornos que un hijo idiota.
La diferencia entre el héroe y el poeta, una
sola: lo que en el héroe supone un campo de batalla al aire libre, en el
poeta supone un viaje a lo profundo del alma y de ninguna manera la
batalla es menos intensa: los riesgos siguen siendo la muerte y la locura.
Cuando termine la guerra igual seguiremos
amenazados. Hoy puede ser la última oportunidad.
Y es aquí donde nuestras ambiciones se
interponen.
Es necesario, dicen, darse cuenta de todo para
comenzar todo de nuevo. Sabiendo que todo es ese lugar donde reina una
ausencia.
Mi ser, mi propio corazón, no dicen: mi ser, mi
propio corazón.
Amar desesperadamente es insuficiente, pero de
cualquier manera averigüemos rápidamente quién nos ama. Y cuando
alguien me pregunte por qué estoy llorando, responderé que lloro por mis
hermanos muertos, que sufro por el hombre.
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