DIRÍA QUE ME ROGASTE
Diría que me rogaste,
y con muchas argucias.
Y a tus queridas amigas
las usaste para convencerme.
Y mientras me rogabas,
tus queridas amigas
preparaban una trampa
donde yo me enamoraba
de tus queridas amigas
y ellas, al verte, te lo contaban
con todo lujo de detalles
y, claro, tú te volviste loca,
una loca de amor, algo celosa.
Yo ya tenía 75 años,
y tú me convenciste
de que habíamos nacido
el uno para el otro
y que eso que tanto me preocupa
es una cosa simple, sin problemas,
alguna diferencia con nuestros años.
La distancia no es para tanto,
tú tienes 75 años y yo 35,
tú pareces mucho más joven
y yo un poco más vieja
nadie se dará cuenta.
Nos tomarán como una pareja normal
y nosotros iremos por el mundo en libertad.
Tú tenías delirios,
yo tenía dolores,
y venía la vecina
y cachondos nos ponía
pero nunca hemos podido
pedirle que se quedara.
Ella se iba y nosotros al abrazarnos,
con su nombre en nuestros labios,
gozamos, y el goce que alcanzamos
fue muy grande y, entonces,
amamos, en silencio, a la vecina.
|