PEPE FUE A VOTAR
Marzo 2004
Yo soy Pepe y
por amor
un domingo fui a votar.
Después tuve sarampión
y no me pude rascar.
Y cuando mi
amada dice:
¡Ay! que caro que está el pan,
yo le digo: tú votaste,
te la tienes que aguantar.
Y ¿quién se
compra una casa
en esta especulación?
y las promesas, querido,
nadie las quiere cumplir.
Promesas hizo
mi madre
y, tampoco, las cumplió,
y Dios prometió la vida,
y también, la muerte dio.
Así que,
querida mía,
cuando el señor Presidente
no cumple con las promesas,
hasta el mismo Dios lo quiere.
Querido, no
aguanto más
que vengas con tonterías,
lo que te quiero decir
ya no es pura fantasía.
Tú me dijiste
que una podía elegir lo que quería
y yo fui mirando y leyendo
y me di cuenta enseguida
que el señor estaba enfermo.
Ay amor, ay
amor
déjate de joder.
Ay amor, ay amor
déjate de joder.
Deja
tranquilo al señor,
que es el señor Presidente,
no te vayas a pasar
atacando su verdad.
Que está
prohibido, prohibido,
te lo digo de amistad,
alterar al Presidente
con la guerra o el amor.
Tú dirás lo
que te mandan
mas yo diré lo que quiero:
la enfermedad
que preside
la vida del Presidente,
el destino de las tropas,
el decir de los poetas
y el amor de las palomas,
es la misma
enfermedad
que tuvo su Emperador,
que un día se atragantó
con sangre de sus ideas.
Ay amor, ay amor
déjate de joder.
Ay amor, ay amor
déjate de joder.
No me dejo de
joder
porque somos todos libres
y quiero decirte, amor,
que ya quiero terminar.
Así que pido
permiso
para tirarme dos pedos
al estilo varonil
y saludar al maestro.
Tú te quedas
ahí
jugando con el verbo,
yo me voy a votar
por las dudas, acierto.
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