|
EL POLICÍA HOMOSEXUAL
Me tomo la libertad,
como mundano que soy,
de decir que la otra noche
un poli me la chupó.
Y yo, que tenía miedo
del arma reglamentaria,
dejé que me la chupara
y se bebiera el licor.
Después me dijo: Querido,
vamos a vivir en paz,
nos haremos partidarios
de algún movimiento gay.
donde tocarse las bolas
no esté prohibido
entre hermanos
y después felicitarnos
por haber podido más.
Después de los sesenta
si eres muy puto
no te dejan, siquiera,
mover el culo.
Ya ves, mi buen policía,
que no soy el apropiado
para calmarte la sed
y ver tu culo arrugado.
El pobre buen policía
ya no sabe lo que hacer
y promete, acalorado,
volver mañana al trabajo.
Ya camino de su casa,
el buen policía piensa:
Si hubiera estudiado letras
o medicina o botánica,
si fuera el rey de las indias
o el gerente de mi Patria
me chuparían el culo
y las arrugas, también.
|