PEPE Y EL CONDÓN
Yo soy Pepe
y, por amor,
hasta me puse condón.
Y, cuando
ella lo requiere,
soy capaz de galopar
desde el dolor de mi madre
hasta el goce de Satán.
Por eso usted
me verá
disfrazado de gaviota,
escondiendo las pelotas
para poder navegar.
Yo soy Pepe
y, por amor,
hasta me puse condón.
Y si ella
pide más,
me disfrazo de avestruz
y la hago correr cien veces
alrededor del sillón
y otras cien me corro yo.
Yo soy Pepe
y, por amor,
hasta me puse condón.
Es imposible,
lo sé, pero
el cine nos permite,
aunque no lo pueda yo,
llegar al límite mismo
donde un
necio al levantarse
tropieza y cae al abismo
y cayendo se divierte
viendo subir la montaña.
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