Canciones [2003-2004]

Miguel Oscar Menassa, 2010

 

 
ENCUENTRO ENTRE EL POLICÍA SABIO
Y EL JOVEN INEXPERTO

Cuando venga la policía
y te quiera reprender
por fumar o por beber
en la puerta de tu casa,

tú le dices que tu padre
ya te molestó con eso
y, encendiéndole un porrito,
le haces probar el vaivén.

Y el policía sabio,
después de probar
lo que al jovenzuelo
no le parece mal,
asombrado le dirá:
Escúchame, chaval,
esta mierda
no es para fumar.

Vamos a comisaría,
que te quiero denunciar
por bajar la calidad
de nuestra diosa María.

Vamos a comisaría,
que te quiero hacer probar
una plantita casera
que no cuesta casi ná…

Tú la debes cuidar
cual si ella fuera
orquídea misteriosa
o un niño casi Dios
meciéndose en tus brazos.

Cuando el sol no se aguanta
tú deberás congelarla
y cuando el frío las mata
tú deberás abrigarlas,
darles calor con tu aliento
y valor con tus palabras.  

Y, así, crecerá
en el balcón de tu casa
una plantita de amor
y en menos de seis meses
tendrás sobre la mesa
mil flores de alegría
que te harán cantar mejor.

Escribir y escribir
y, si lo deseas,
tocar el violín,
amar la belleza
y ser libre, por fin.

Y decirle a ese hombre,
a esa mujer,
a aquel funcionario
y a un madero, también,
que en tu casa crecen plantas
que el amor
transformó en medicación.

Si tienes un dolor
en el alma o en el cuerpo,
encuéntrate con María
y pronto comprenderás:
que la María te cura
si tú te quieres curar.

El joven, asombrado,
preguntó por el sexo,
y el sabio policía
así le contestó:

Y cuando ella decide
proponer el sexo,
el mundo se arrodilla
pidiendo perdón.

Y es tan profunda su danza
y tan terca su razón
que el sexo lo rompe todo,
también nuestro corazón.

Que no hay amor
que podamos oponer
al sexo, iluminado
por una pasión.
 

Índice Siguiente