XV
Blanco animal,
aterciopelado caníbal entre humanos,
entre pedazos de ser,
miga de pan comida por las ratas.
Aquí estoy otra vez,
hecho difícil de ocultar,
crimen al aire libre,
palabra escrita,
consumada.
Sé, en general por las mujeres,
que un hombre no sirve para nada,
menos que menos un artista.
Tenía que haberlo imaginado,
después de la función:
ruinas y soledad.
Hoy, puedo asegurarlo,
no habrá próximo libro de poemas.
Habrá bomba,
estallidos del ser, fugas del alma.
Esta vez, palabras, a volar,
el cielo queda cerca.
Aquí, en mi poesía, tenemos
un tobogán hacia el futuro,
trozos de pan para las fiestas.
Muere en mí, el último mendigo,
el ultrajado crónico,
el místico arrebato de la carne.
Ombligo y masacre, sorda nada,
cantando alegre entre mis brazos,
entre mis manos de cantor,
-blanca y azucarada-
la poesía,
se transforma en tu cuerpo.
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