20 de septiembre de 1976, Cumplir 36 años me ha hecho bien. Extrañe todo el día de ayer a mis hijos mayores.
Madrid, empecinada terca como una doncella se resiste.
Patea con furia mí pecho mal herido. Por ahora, no cejaré. Si puedo lo imposible, Ella se entregará.
Seré su dueño me dirá su verdad, y en ese abrazo, por fin, diré sus palabras.
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