Cartas a mi mujer

Miguel Oscar Menassa, 2000

 

 

JUEVES 30 DE OCTUBRE, 18:15H

Un mes rascándome los huevos, escribiendo, buceando en lo insondable. Y se lo debo a todo el mundo y sólo me lo debo a mí. Eso es lo gracioso, lo divertido de la vida humana:

Todos, cada uno por separado somos el centro del universo. Por eso, amor mío, que la mayoría de las veces no hay universo.

Amor mío, amor mío, oye cómo ruge la mar contra los muros del torreón, oye amor mío, amor mío, el ruido benéfico del goce venidero, por ejemplo de este mismo viernes a la noche, al encontrarnos en el pasillo de la casa o en alguna mirada furtiva y nos daremos cuenta que ya no somos los mismos y que podríamos, de desearlo, vivir otras vidas, amar otras realidades.

Me gusta convencerte de nada pero sólo a vos.

Sé, lo he comprendido, cuando pueda convencerte a ti, millones de mujeres y algunos hombres querrán comprar lo que sólo existió para convencerte.

Si tú no me denuncias por injurias, hasta seremos ricos de tanto vender lo que no existió nunca y yo te llevaré por los grandes salones y te follaré a cada momento con los ojos, con las palabras precisas, necesarias, te follaré en cada momento, en cada poema de amor, en cada ceremonia, en los funerales, en las pequeñas catástrofes de todos los días y, también, te follaré, en las tristes hebras desprendidas de los grandes dolores de la vida, aún con nosotros.

Bella de tierras extranjeras. Bella de mi país, me gustaría asegurarte que a los 80 años, también, leeremos, tranquilamente los periódicos y nos quejaremos, como cuando éramos jóvenes, del precio de las bebidas sin alcohol.

Y alguien nos mirará a los ojos y ahí viviremos un pasado, vibrante, que esté ocurriendo hoy.

Me despido, beso tus nalgas, cariñosamente, sin intención segunda, pero sí con intención tercera.

Hundo mis manos en las constelaciones del sur y arranco estas palabras con luces estelares que entrego, con serenidad, a la carne plena para sombrear tu sexo iluminado.

Me doy cuenta, me doy cuenta:
HABLÉ DE MÍ, HABLÉ DE MÍ TODO EL TIEMPO.

 


 

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