SOLEDAD
Recuerdo la tarde
que nos conocimos.
Tu bella figura
y mi amor por ti.
Me acerqué bailando,
te miré los labios,
y tú me besaste
con loca pasión.
Después, los dos juntos,
volamos, volamos,
y tus manos divinas
trazaron mi ser.
Y hoy, que deseo
tu piel sobre mi piel,
tu propio corazón
bailando en mi cabeza,
hoy ya no estás,
tu piel partió contigo,
tu voz y tus encantos
murieron para mí.
Hoy mismo me libero,
ya no te quiero más.
Inventaré un amor
y habrá una nueva piel.
|