LA BELLA CAMPESINA
La bella campesina
murió entre mis brazos
pero nunca se supo
qué fue lo que ocurrió.
Y yo fui el protagonista
de la historia que les cuento,
que jamás olvidarán
porque olvidar no se puede
lo que tanto goce da.
Porque lo escrito es futuro
y uno lo puede olvidar,
pero lo escrito no muere
y perdura más allá.
Ella quiso interrumpir y dijo:
“Qué, ¿acaso no puedo perdurar?”.
“Si alma tienes, eso perdurará,
pero tú, mi pequeña, algún día morirás.
Y mientras bajo la tierra
te devoran extravagantes gusanos,
tu alma volará buscando
un cuerpo amable para descansar.
En cambio, a ti, tan hermosa,
nadie pensará en buscarte
y, el día menos pensado,
al infierno irás”.
Junio 2014
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