PEPE Y LA MUERTE
II
HOMBRE SOY
Quiero besar
tus labios
para poder decirle
a la mujer que amo
que he besado a la muerte
en plena boca,
que no me dijo nada,
pero tembló y lloró.
Se alzó
radiante y bella
cual si fuera una hembra,
desnudó su ceguera
y, también, me besó.
Fue un beso
prolongado
el que me dio la muerte
y murmuró entre dientes:
pobre hombre, lo amo.
Yo la escuché
a medias
pero igual pisé el freno.
Cuando vio mi sonrisa
por decirle que no,
bajó la cabeza
tal vez, avergonzada,
de casi haber pensado
que yo iría a morir,
a reclamarla mía
y sólo para mí
como los hombres hacen
con el amor, la muerte.
Yo amé con
locura,
le dije, a toda mujer
y, también, con locura
quiero amar la vejez.
Sé que me
llamarán
con cierto frenesí
tambores de la muerte
y yo podré decirles:
Aquí traigo
este trozo
de arena del mar
para recordar, amada,
extendidos en la arena.
Tú me
quisiste besar
y yo te mandé a pasear
y llorando me dijiste:
Si tú no quieres morir,
para estar al lado tuyo
haré de la muerte, vida.
|