TODA VANIDAD
Toda vanidad,
aunque salga de mí,
es propia de mi raza.
Soy un
prisionero del amor,
pido siempre clemencia.
Un beso más,
una caricia más,
una palabra más.
Siempre a la
espera
de un milagro,
un verdadero
loco de amor.
Resuena en mí
un vértigo helado.
Soy un hombre
acomplejado
por su propia ternura.
Busco con
firmeza cautivarme
y no consigo nada.
Repaso mi
grandeza
y nada alcanza
para calmar mi sed,
soy una sed de amor
enamorada de sí misma.
Un poeta
cantor
y el vértigo de serlo.
Abran las
puertas
para que pueda pasar
el que no pudo
el que nada será.
Empecinado
bebedor de cicuta,
detengo mi carrera
y espero que la sed
se calme con el tiempo.
Repaso mi
grandeza
y nada alcanza
para calmar mi sed,
soy una sed de amor
enamorada de sí misma.
|