¿SABÍAS QUE VOLVÍA?
¿Sabías que
volvía?
¿Me esperabas?
Sangrante y
taciturno,
después de mil fracasos
–casi sin esperanzas
de encontrarte-
me sumergí, por ir
volando detrás tuyo,
en pesados cielos,
infinita selva de la locura.
No estás,
pero te anuncian
verdes desesperados.
No estás, pero en la selva,
todo me habla de ti.
Aullidos de
los cráneos
no soportando el viento,
el huracán de versos,
la tempestad de amor.
Pequeños
corazones arrastrados
por fuertes correntadas,
pequeños corazones arrojados
lejos del corazón.
No estás,
pero te nombra
el ruido de los pájaros.
No estás,
pero en la selva,
todo me habla de ti.
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