UN ARGENTINO EN ESPAÑA

Miguel Oscar Menassa 1987

 

Solía escribir versos
y hacía

Solía escribir versos y hacía el amor todos los días. 
Cotejaba mi parecer universal con los grandes poetas.
Era capaz de entregar mi vida a las pasiones humanas. 
Nunca dejé de morir con lo que moría y eso era vivir.

No tocaba la guitarra, pero silbaba como nadie el tango. 
Estaba siempre dispuesto a pagar por todos mis pecados. 
Metía mano en el bolsillo cuando se trataba de pagar. 
Desabrochaba mi bragueta cuando una mujer era el deseo.

Ponía mi voz para cantar los mejores cantores, 
bebía mi vino sin decir palabra y sin llorar
y cuando llegaba fin de año, me hacía cruces.

Lo que me quedaba de piel lo donaba a los niños. 
Nunca pensé que mañana, hoy, me faltaría el pan. 
Nunca pensé que mañana, un día, me podría morir.

 

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