Alguien se está pudriendo
Alguien se está pudriendo, amor, entre nosotros.
Ella echó una bocanada de humo a la deriva y me dijo:
Un calor terrible desprende de mí, vahos del tiempo.
Un calor del infierno muerto en mi bajo vientre.
Son el olor de nuestros cuerpos contaminados por la niebla.
Ella volvió a fumar como si fuera a contestarme y se calló.
Su cuerpo se enroscó como si fuera el humo de sus labios.
El incendio estaba por comenzar, su boca ardía como el sol.
Nuestro cuerpo pudriéndose por el calor y
la comida.
Apagó su cigarrillo en mis labios y me besó largamente.
Me susurró al oído palabras de viento, hojas secas, caídas.
Es el olor de nuestros cuerpos muertos en descomposición.
Se apretaba contra mí como si fuéramos a caer juntos al vacío,
pero no caíamos, el fuego había devorado todos nuestros sueños.
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