Ella es una gordita
simpática
Ella es una gordita
simpática que veo en el café Gijón.
Suelo encontrarla de madrugada tendida en vanos sueños.
Española de ser y de sustancias, nació en Castilla
y su mancha, es haber amado, de por demás, a Dios.
Siempre la encuentro hablando de sí misma:
Que soy muy gorda, que no tengo más arreglo.
Que me tiro veneno en el cuerpo para morir.
Que si te beso, majo, te pudro para siempre.
Soy el solo
silencio negro de la noche,
lo que muere en Madrid sin que nadie lo note.
Un hilo abierto de luz que nadie quiso ver.
Yo me dejo caer rendido en una silla a su vera
y me siento Gardel cantando el tango Mano a Mano,
le cojo la barbilla y le digo: ¡Ah Gorda, Gorda!
|