24 de octubre de 1976, Madrid
Querida:
Madrid,
un cielo gris
y el supremo poder sobre mis sueños.
Mis pobres sueños de muchacho de barrio,
queriendo volar,
queriendo hacer trizas la nostalgia,
buscando desesperadamente por las calles,
el parque de mi infancia,
buscando una mujer desconocida
que lo abandone todo,
por la nostalgia.
Cuerpos enloquecidos haciéndose pedazos contra el olvido.
Extraño todo y sin embargo,
espero,
que el tiempo del otoño destruya esa posibilidad humana de recordar.
Me imagino trabajando creativamente,
por nada,
por el arte,
por la vanagloria de poder.
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