QUERIDA
Sé que el cuerpo no recuerda
y a las palabras, a las palabras
se las lleva el viento.
y sin embargo
deseo un encuentro en alta mar.
Porque usted y yo
fuimos salvajes entre la niebla,
entre la sordidez de la muerte
y sin saber que hacer, desesperados,
-eso quiero que recuerdes-
desesperados
hicimos el amor.
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