11 de octubre de 1976, Madrid.
Un cielo gris,
un cielo pomposamente gris.
Gardel canta como nunca.
Te dije, lo recuerdo,
la libertad no existe.
El hombre está enfermo de libertad.
Y en verdad yo no entendí lo que te dije.
Te dije, lo recuerdo,
que un hombre era capaz de morir para que alguien lo amara.
Cuando te mataron
sentí
que nunca había amado a nadie como a vos.
Luciérnaga embanderada con
la muerte,
por su miedo a vivir.
Yo lo sé
el frío del Pacífico te hizo temblar como a una mujer
Temblaste como
tiemblan los pájaros de octubre,
un niño en desoladas estaciones.
A veces me imagino que para sorprenderme
eres capaz de resucitar.
No me sorprenderás
Ya lo pensé.
Más, pensé que si quiero
puedo crearte nuevamente.
11 de octubre de 1976, Madrid.
Puedo contar la historia
del hombre que se dejo matar para olvidarme.
Soy
el que produce pasiones desmedidas,
el sabio loco.
Todo lo invento
todo lo invento mal.
Deseo la lluvia
y Ella
aparece perfecta.
No se deja pensar.
Soy
mi propio registro,
no figuro en los libros.
Sepan:
leer mis escritos
no alcanza
Les aconsejo:
hablen.
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