COMUNICADO NUMERO
CERO
No puedo más.
¿A quién recurrir?
¿A quién contarle que el rey fue siempre un miserable?
¿Que todo fue un poco de amor?
¿A quién decirle que nunca tuve en cuenta mis verdaderos deseos?
¿FRENTE A QUIÉN CONFESAR QUE NUNCA FUI AMADO?
¿Que mi estrategia era el amor, la permanencia, que mis actos siempre
tuvieron que ver con el deseo del otro?
Sé que se habló mucho, más de la cuenta, de mis pasiones. Nadie nunca
se atrevió a hablar de mi soledad.
Ella ama de mí sus realizaciones y, sin embargo, no encuentro claros
motivos para llorar.
Sé que siempre hubiese podido un poco más. Sé que nunca nadie pudo
soportar esa capacidad.
ESTOY VENCIDO,
es verdad, lo
reconozco, pero también estoy harto.
Digamos: hoy comienzo mi liberación.
Tengo 35 años y una sola ilusión:
que se destruya o se modifique todo aquello que me recuerde que no fui
amado.
Seré violento.
Mataré a todo aquel que me diga que no antes de mi no.
|