ÚLTIMO CANTO
Y seguiré
pensando que todo era posible
y seguiré sintiendo hasta el final
hasta que vengan
a pensar conmigo los idiotas
hasta que vengan
los cálidos leprosos del desierto del norte
a dormitar junto a mi cuerpo.
Esperaré que vengan los inválidos
arrastrándose como pequeños reptiles venenosos
a conciliar mi sueño.
Vendrá seguramente
mi madre destrozada por las agrestes estaciones
y en las claras mañanas de noviembre
vendrán los impotentes marineros sin hijos.
Vendrán por
último los cánceres celestes
a bordar en mi boca
el sello del silencio.
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