JUGAR JUGAR HASTA MORIR
Jugar Jugar hasta morir
como decía el testamento del abuelo Naur
que no puede mentir
porque Naur ha muerto.
Ha muerto de tristeza en el desierto
y no de sed huyendo temeroso
como
cuentan algunos extranjeros.
Naur, es cierto, tenía en su semblante
restos de algún pasado
misterioso
-homosexual o sádico decían las mujeres-
Sin embargo Naur
hablaba siete idiomas
y tenía
en los surcos de la cara marcada inteligencia.
Cuando hacía el amor
no era precisamente un hombre del desierto
se le notaba, se veía en el
alboroto de sus cabellos
un aire ciudadano.
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