LOS OTROS TIEMPOS |
Miguel Oscar Menassa - 1970 |
LAS LAPIDAS SIEMPRE SON DESAFORADAMENTE PESADAS
No
comprendés, la distancia es el mar, las mil leguas marinas que nos
separan irremediablemente. Después el mar me fue ofreciendo nuevas palabras, nuevas conjeturas, mi piel en tanto iba adquiriendo las características de los viejos lobos de mar. Mis aullidos eran aullidos desprovistos de fe. Lo importante era emitirlos y no que alguien los escuchara. Mi barco era pequeño y veloz, vos no pudiste soportar tanta velocidad.
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